Reflexiones de una noche en vela en la cuarentena
Hace 10 años atrás, mi madre cumplía sus 70. Para los que participaban en la celebración, pidió que escribiéramos un texto sobre “el mundo que les espera a sus nietos”. Retrospectivamente debo decir, fue muy poco lo que llegamos a avizorar sobre el mundo que se venia formando.
Una década después, la robotización & inteligencia artificial y su impacto en la vida laboral, las redes sociales y su interacción con la vida pública y política, así como el nuevo feminismo ya nos venían dando la pauta que la tercera década del siglo XXI nos esta enfrentando con cambios de una magnitud jamás vista. La pandemia globalizada del COVID-19 parece agregarle vértigo al cambio.
En cuanto a la pandemia, nunca en la historia de la humanidad una enfermedad se desparramó con tal velocidad por el mundo. Con un chispazo inicial hace sólo pocos meses atrás en una ignota ciudad china de apenas 11 millones de habitantes, hoy el virus parece haberse esparcido a todos los rincones del planeta. Esto, amigos míos, es globalización con letras mayúsculas. Y la pandemia nos forzó a bajar un cambio y reflexionar.
A medida que el aislamiento se va haciendo eterno, y que añoramos preocupaciones y angustias pasadas, surgen sensaciones, análisis y pensamientos.
1. Por un lado, no puedo evitar percibir la crisis del Coronavirus como una especie de “simulacro de fin de mundo”. Dicen que los tiempos difíciles, sacan tanto lo mejor como lo peor de los seres humanos. Las sociedades en las que vivían nuestros ancestros estaban mucho mas habituadas al acecho crónico de guerras, pestes y enfermedades. Muchos de nosotros en cambio, nos habíamos acostumbrando a poder vivir sin grandes sobresaltos, al menos en el aspecto social. Adormecidos en nuestra zona de confort, de manera mas o menos inconsciente asumimos que siempre seguiría asi.
2. Y aunque no sea la primera pandemia que sufre la humanidad, es novedoso que ocurra con una economía que se había convertido en una enorme rueda que giraba con mucha fuerza. Un inescrutable ensamblaje de macro-, micro- y nanoeconomías, de economías regionales, nacionales y locales, acopladas entre ellas. Somos 7 mil millones de habitantes y una proporción considerable se había subido a esta gran rueda, mientras que otros estaban a la espera de poder hacerlo. Ahora, es inercia se ha detenido en seco. Y aun no llegamos a dimensionar cuales serán las consecuencias. Algunos especulam que tendremos economia con mayor preminencia de lo publico, otros pregonan una economia mas equitativa. El tiempo dirá…
3, No pocos nos veníamos preocupando por el estrago ecológico. Venimos consumiendo alegremente, extrayendo de la naturaleza mas de lo que ella nos puede dar y poniendo en riesgo delicados balances ambientales. Pero de alguna manera en algún rinconcito del corazón, persistía la ilusión de que nada iba a pasar, que el ecosistema va a volver a encontrar su equilibrio. Sin duda alguna, la crisis del coronvirus resultará en un sustancial aumento de la conciencia medioambiental. Resta saber hasta que punto.
Porque medio ambiente y economía seguirán en conflicto y es impensable que cualquier camino razonable pueda desatender alguna de las dos.
4. Nos venían contando que en las próximas décadas la automatización iba a desplazarnos de nuestros puestos de trabajo. Y de un día para otro y antes de lo esperado, tenemos que reinventarnos, crear nuevos actividades, nuevas formas de ocio, home office, trabajo remoto, clases a distancia, telemedicina, terapias psicológicas por videochat. La globalización es ya imparable, pero parece pasar a ser “online”. Menos millas y mas videoconferencias. ¿Reemplazaremos cercanía por tecnología? ¿Habrá realmente una migración de los centros urbanos hacia zonas mas rurales, como predicen algunos, o será simplemente un efecto pasajero? ¿Cuándo de toda esta locura haya pasado, cuáles cambios permanecerán?
5. El mundo informático nos venía regalando innovaciones asombrosas. Internet y teléfono inteligente, con todos los productos y funcionalidades en ellos comprendidos son ofertas que nos seducen y que resultan imposibles de rechazar. Pero ellos vienen acompañadas de poderosas herramientas de la cibervigilancia, el rastreo satelital, el reconocimiento facial y el big data. Un combo perfecto para hacer de “gran hermano” una realidad.
En China y otras sociedades orientales, lo colectivo tiene preeminencia sobre lo individual, y no parecen tener reparos hacer uso de vigilar y de ser necesario restringir la libertad de las personas. En las sociedades occidentales, o cercanas a ellas, hemos sido formados poniendo énfasis en las libertades del individuo. La preeminencia de los colectivo lo asociamos con los totalitarismos, Esta pandemia genera un conflicto entre las libertades y la necesidad de alinearse y evitar disensos. ¿Acaso se viene el nuevo orden, mas nacionalista y autoritario?
¿Es factible un escenario un mayor autoritarismo en las sociedades occidentales, un traslado acentuado del centro de gravedad hacia Oriente y fuertes revueltas de desestabilizadores y desintegradoras en países periféricos?
6. No será la primera pandemia que sufre la humanidad, pero sin duda otro tema es que sucede acompañada por las redes sociales, catalizadores de tendencias y pareceres en la opinion publica. Todos opinamos y compartimos innumerables opiniones, videos y artículos a través de las redes sociales. Cuanto virólogo aficionado, cuánto humorista , cuanto iniciado en pactos secretos para desestabilzar el mundo, conocedor de fenómenos “físico-virologicos-economico-bacteriologicos” ha logrado el estrellato gracias a estos foros virtuales.
Apenas sabemos como estaremos en 6 meses. Mucho menos como estaremos dentro de 10 años
! ¿Cuáles de estas tendencias realmente perduran? Sin duda, tendremos respuestas a muchas de estas preguntas y se veremos que nuevos dilemas y desafíos se nos presentan. Mientras tanto, al mal tiempo buena cara y a no perder la calma!